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CADA HORA SANTA QUE HACEMOS DELANTE DEL SANTíSIMO, RECIBIMOS 5 GRACIAS DEL SEÑOR:

Restauración, Santidad, Conversión, Reparación y Salvación.

Restauración

El padre John Randel mientras hacia su hora santa frente al Santísimo Sacramento, abrió la Biblia en Hageo y Zacarías y leyó estas palabras: "Cuando estes celoso de mi gloria en el santuario, entonces haré que las calles sean seguras para mi pueblo". El padre John interpreto el "celo" como adoración perpetua.

Él estaba en una zona plagada de crímenes en el centro de Providence, en Rhode Island. La gente se mudaba de la parroquia porque no era lugar seguro. El obispo pensaba cerrar la parroquia, cuando el padre John recibió este mensaje. Ahora es una floreciente parroquia y el vecindario se ha convertido en un lugar seguro gracias a la adoración Perpetua.

El obispo John Magee de Clone, de Irlanda, estableció la adoración perpetua en la mayoría de las parroquias de su diócesis y las vocaciones se han triplicado en los últimos tres años.

Una vez la humanidad vuelva a Dios por medio de este

milagro eucarístico, tendremos un nuevo y más glorioso paraíso terrenal.

La primera gracia que se obtiene es la restauración.

Por eso, San Pio X llamó a la adoración perpetua "La Obra más sublime de todas las obras". Y el lema de San Pio X era: RESTAURAR TODAS LAS COSAS EN CRISTO.

Santidad

El Santo cura de Ars se fijó en un campesino que pasaba todos los días largo rato en frente del Santísimo, y le preguntó ¿qué le dices a Señor tanto rato?

Él le contesto "nada, yo le miro y El me mira".

Cuando la hermana Gertrudis era una joven monja, una de las hermanas ancianas se estaba muriendo. En aquel tiempo era costumbre que la comunidad se reuniera a rezar alrededor de la moribunda. Viejecita arrugada y fea exhalaba sus últimos suspiros. De pronto abrió los ojos y exclamo "Oh mi Bien amado".

Luego se sentó y contempló dulcemente al Santísimo Sacramento, que tenía en su cuarto. La monjita anciana y arrugada se trasformo en una atractiva joven, de rostro, terso y resplandeciente, que con solo mirarla puso en éxtasis al resto de las hermanas.

Trascurrido este, la hermana se hecho hacia atrás y apoyándose sobre la almohada volvió a su estado anterior y murió. Las hermanas habían permanecido en éxtasis durante más de 13 horas.

Conversión

Una noche de 2 a 3 horas, Nonette Silla se hallaba en su hora santa. Hacía tres semanas que había encomendado al Corazón de Jesús un hombre que conocía que estaba destruyendo la vida moral de muchas de sus amigas. Pedía a Jesús trajera a este hombre a la capilla para así tener la certeza de su conversión.

Tres semanas después, mientras ella rezaba en el mismo lugar, oyó a alguien que sollozaba. Al darse la vuelta vio que era ese mismo hombre. Él le explicó que durante tres semanas su mente había estado muy confundida. Lo que antes le parecía bien lo encontraba mal. Y no podía dormir. Esta noche, estaba conduciendo y cuando paso por la Iglesia de san Miguel, vio la luz de la capilla, la luz era atrayente y entró. Lo que encontró no fue la condena por sus pecados, sino que experimento la tierna misericordia del Santísimo Sacramento; por esto sollozaba. Se confesó, y desde entonces comulga cada día.

Reparación

Después de cada hora en presencia del Santísimo Sacramento, queda impresa en nuestra alma una imagen preciosa. Todos los ángeles del cielo quedan extasiados al ver la imagen impresa en tu alma. La veremos en el cielo.

El valor de una hora santa es tan grande, que lleva a multitudes de almas de la orilla y borde del infierno, a las mismas puertas del cielo.

Dios, Padre, pasará toda la eternidad agradeciéndote y amándote en el cielo, porque has honrado a su Hijo en la tierra en el Santísimo sacramento.

La eucaristía brota de la Pasión de Cristo. Cuando nos cercamos al Santísimo Sacramento NOS ACERCAMOS LA CRUZ.

No importa cuán fríos, estén nuestros corazones, las rosas de santidad florecen. Por cada momento en que pasamos en su Presencia, brotamos, crecemos y florecemos. Con una sola hora santa, Dios la transforma en un caudal de gracias infinitas para su pueblo.

Así como uno no puede estar expuesto al sol sin recibir sus rayos, tampoco podíamos estar en la presenciade Jesús en el Santísimo Sacramento, sin recibir sus rayos divinos y crecer espiritualmente a la luz del amor. Una hora santa es recostarse en el Corazón de Jesús.

Lo que sucedió en Fátima y en Akita nos muestran la naturaleza de este milagro.

En Fátima el milagro del sol, empezó a girar con un resplandor de distintos colores, que caía sobre la tierra. Esto presagia el gran milagro eucarístico que vendrá.

Eh Akita, Japón, la hermana Inés, fue a la capilla de su Convento a orar y vio que una luz deslumbrante salía del Santísimo Sacramento. Llena de amor divino cayó al Suelo. Durante horas nadie pudo moverla. Veinte años después, el solo recuerdo de esta experiencia, pondrá a la hermana Inés en éxtasis.

Esto sucedió en fiesta del Sagrado Corazón de 1973 y duró tres días. Esta aparición ha sido aprobada por la iglesia.

En todo lugar donde se adore va Jesús en el Santísimo Sacramento, la luz de su amor irradiará como el amanecer, para, que todos lo puedan ver.

Tan pronto como haya suficientes capillas de adoración perpetua que satisfagan la justicia divina de Dios, El mostrará al mundo entero su Divina Misericordia. Lo que vio la hermana Inés, un día lo vera el mundo entero. Estos rayos tendrán el poder de penetrar en cada corazón humano lo atraerá hacia el Corazón de Dios.

Santa teresa de Calcuta cuenta que al principio eran muy pocas monjas y no llegaban a atender a toda la necesidad. Entonces se pusieron a orar para ver que hacer para poder atender a tanta necesidad.

La respuesta del Señor fue sorprendente. Quería que rezaran todas juntas una hora extra delante del Santísimo Sacramento expuesto.

Santa Teresa de Calcuta declaraba que esta hora santa diaria fue la causa y la razón por la que la comunidad floreció. La comunidad ha crecido hasta más de tres mil hermanas, mediante el poder y la gracia recibidas en la hora santa diaria.

Salvación

Una noche en la Iglesia de San Miguel, acababa de terminar la hora santa un sacerdote, a las 4 horas de la madrugada, llego una mujer en un taxi. Ella quería que el sacerdote hablase con su hijo.

Le dijo que una voz la había despertado diciéndole que fuera a la Iglesia San Miguel. Se levanto y fue a hablar con el hijo, justo a tiempo pues estaba a punto de suicidarse. Desde esta visita a San Miguel, el hijo mejoro y actualmente se encuentra bien.

Santa Teresita de Lesieux que es doctora de la iglesia con solo 24 años de vida, tenía la intención de abandonar el convento porque se dormía en la hora santa.

Un día el Señor le dijo: "te acuerdas de cuando estabas en el regazo de tu padre. ¿Te acuerdas de lo que te dijo: que se sentía igual de feliz tenerte despierta o dormida? Pues yo te digo lo mismo".

Textos extraídos del libro: “La adoración eucarística perpetua, puerta del cielo. Cartas a un hermano sacerdote”